Fotografía de portada de Mónica Olivares. Izquierda a derecha: Alondra Sosa, Gabriela Bazán, Delia Plascencia y Martha Galicia, Selección Femenil Talla Baja, Venustiano Carranza, Marzo, 2020.
En un mundo dominado por el futbol soccer varonil, un grupo de mujeres de talla baja busca hacer historia en México al conformar una nueva selección femenil en la categoría; se trata de Gabriela Bazán Nieves, Alondra Sosa García y Martha Galicia Cabello.
Cada sábado, entre las 15:00 y 18:00 horas, pequeños jugadores de futbol, entre mujeres y hombres, se reúnen para entrenar y combatir la apatía y discriminación.
La primera mujer en participar de los entrenamientos fue Martha Galicia Cabello, de 24 años, quien desde que empezó la preparación para la selección varonil, alzó la mano para integrarse a los entrenamientos.
“La fundación Gran Gente Pequeña de México, lanzó una convocatoria para conformar la selección varonil entonces, yo le pregunté a los que están enfrente si también podía yo entrenar, para conformar la femenil”, contó Martha.
“Cuando somos niños, tenemos muchos sueños, igual que la gente estándar, uno de ellos era el futbol, tocar el violín, tener un trabajo y formar una familia, de los cuatro proyectos que yo tenía en mente, dos se han cumplido que es tener un trabajo y conformar parte de la selección femenil de talla baja”.
Integrar un seleccionado de talla baja varonil surgió como idea desde 2011, en una reunión del Consejo Nacional de Gente Pequeña México (CNGP), pero no fue sino hasta 2018 que se empezó a trabajar para ello, tras las recepción de una invitación formal del selectivo argentino para asistir a la Copa América que se desarrolló ese año en Buenos Aires.
Si bien el Consejo inició el camino de entrenamientos y visorías para determinar al seleccionado varonil que asistirá a la Copa América 2020 en Perú, aún no termina de conformarse el equipo femenil, principalmente por falta de participantes.
“No era como muy visto el que las chicas, ya sea estándar o talla baja jugaran futbol, o sea, es más como que de hombres, que nada más ven jugar a hombres y no chicas”, opinó Alondra Sosa.
Pese a que la diferencia entre futbol varonil y femenil es abismal en el mundo, por ejemplo la Copa Mundial de futbol femenil se empezó a jugar formalmente en 1991, mientras la varonil se juega desde 1930; la falta de integración de las mujeres al deporte, no es el único factor para la selección de talla baja, sino también la discriminación que sufren.
“Siendo sincera, yo no hacía mucho deporte, no practicaba un deporte, por lo mismo, por el miedo, a que no te aceptaran”, señaló Gabriela, quien se integró al equipo hace dos meses.
Por otro lado, Alondra también sintió que no se le permitía jugar por su estatura; “yo vengo de mi familia que juega; mi hermano juega, mi mamá jugaba y cuando yo iba a acompañar a mi mamá a sus juegos era de: ‘¿me puedo meter?’, y me decían ‘nooo, es de mujeres altas’, porque ellas se dicen altas, no son estándar, o sea, ellas no lo conocen como estándar, entonces, se me quitaba ese pensar de que yo podía jugar”.
Las jugadoras nacieron con acondroplasia, una displasia ósea cuya principal característica es la talla baja al nacer, es decir, la falta de crecimiento de los huesos de las extremidades.
A pesar de todos los estigmas, las jóvenes no se desaniman y siguen sus entrenamientos, pues además de contribuir con su desarrollo físico, les da satisfacción.
“Estoy más contenta porque estoy viviendo en carne propia qué es portar una playera, qué es ir a un entrenamiento, qué es sudar, qué es demostrar, qué es… pues sí, esto del entrenamiento no es fácil, pero lo estamos llevando a cabo poco a poco”, consideró Martha; y Gabriela, cree que su ejemplo de jugar fútbol podría servir de inspiración para otras personas de talla baja o con otra discapacidad se animen a practicar deporte y no aislarse.
“Si entrara la talla baja femenil de futbol, creo que sí daría un gran impacto a todos, incluyéndonos a nosotros”, comentó.
Actualmente otros países de Latinoamérica trabajan para la conformación de sus propias selecciones femeniles de talla baja, mientras países como Bolivia, Perú y Chile, ya cuentan con su equipo.
“Estamos esperando el momento en el cual seamos la selección femenil talla baja, porque pues esa ilusión nunca se nos va a quitar”, indicó Alondra Sosa.
Entre balones y entrenamientos, las tres jugadoras de la Ciudad de México no son las únicas que se han integrado en el selectivo, desde Guadalajara, otro grupo de jugadoras están más que listas para cuando la femenil sea llamada, encabezadas por Delia Plascencia, actualmente Secretaria del Consejo Nacional de Gente Pequeña México.
En el mundo del futbol todavía hay un largo camino para la igualdad entre sexos y aunque la desigualdad se multiplique para un grupo vulnerable como la gente pequeña de México, a pesar de todos los obstáculos, estas jugadoras que están dispuestas a hacer historia.
Si te gustaría unirte a ellas, acude a los entrenamientos en la Villa Olímpica (únicamente en la Ciudad de México) o escribe a la página de Facebook de Gran Gente Pequeña de México.