Datos contra la desinformación y transodio en #París2024: ¡Que no hay mujeres trans compitiendo!

Tiempo fuera

En los Juegos Olímpicos de París 2024 no participan mujeres trans. Una consecuencia de ello tiene que ver con las regulaciones que se aplican a ellas, mujeres intersex y aquellas que de manera natural desarrollan niveles altos de testosterona las cuales determinan si son “elegibles” de competir en las categorías femeninas del deporte. 

El “Reglamento de Elegibilidad para la Clasificación Femenina de deportistas con diferencias de desarrollo sexual”, conocidas como Regulaciones DSD, son normativas aplicadas para medir el nivel de testosterona en las atletas. Históricamente nunca se han aplicado reglas de este tipo a hombres. 

Pero entendamos una cosa: Todos los seres humanos desarrollamos testosterona. La testosterona no es una hormona ‘masculina’, ni es exclusiva de los hombres, ni ajena en los cuerpos de las mujeres. La testosterona es una hormona que cumple diversas funciones para mantener el cuerpo sano. Además, una mujer que desarrolla de forma natural altos niveles de testosterona no es igual a ser una mujer trans. 

Estas pruebas de elegibilidad, además de ser a todas luces discriminatorias, tienen un profundo sesgo racial. Desde hace décadas las “pruebas de sexo” se aplican para “garantizar” que la competencia sea “justa” midiendo los niveles de testosterona de las atletas. Además, estas normas se aplican de manera desproporcionada en atletas de élite racializadas y originarias de países del sur global.

Uno de los casos más emblemáticos es el de la sudafricana Caster Semenya quien lleva más de quince años peleando en tribunales que le permitan competir en su mejor competencia, los 800 metros planos, considerada una prueba de élite.

En 2020 la Organización de Naciones Unidas (ONU) determinó que estas regulaciones violan los derechos humanos fundamentales a la privacidad y la dignidad de las mujeres y niñas que se dedican al deporte; y reconoció su sesgo sexista y racista.  

“A través de sus políticas, los órganos que rigen la actividad deportiva están creando entornos que coaccionan a algunas mujeres para que se sometan a intervenciones médicas invasivas e innecesarias como condición para competir”, indica el informe de la ONU.

Además, la investigación “Nos están ahuyentando del deporte”: violaciones de los derechos humanos en las pruebas de sexo de las mujeres deportistas de élite, elaborada por Human Rights Watch (HRW), determinó que “identificar a las atletas mediante la observación y la sospecha es una forma de controlar los cuerpos de las mujeres en función de definiciones arbitrarias de la feminidad y los estereotipos raciales”.

¿Qué pasa con estas regulaciones en París 2024?

A pesar de que la carta Olímpica declara que se “prohíbe expresamente cualquier tipo de discriminación” en Paris 2024 las pruebas de sexo se siguen realizando. 

La edición anterior de los Juegos Olímpicos, Tokio 2020, fue histórica porque participó por primera vez una atleta trans, Laurel Hubbard, levantadora de peso de Nueva Zelanda. Su tiempo en Tokio fue corto pues fue eliminada en la final de su categoría. Sin embargo, la desinformación y narrativa transodiante sostenida por grupos antiderechos, medios de comunicación y en redes sociales prevaleció antes y después de su participación.

Posterior a la participación de Hubbard, el Comité Olímpico Internacional en noviembre de 2021 publicó un nuevo “marco sobre equidad, inclusión y no discriminación por motivos de identidad de género y variaciones sexuales” con énfasis en los criterios de elegibilidad en las categorías femeniles. Porque históricamente éstas nunca se han aplicado en hombres.  

En el documento afirman que “no hay consenso científico sobre cómo la testosterona afecta la actuación en los deportes y es poco claro el papel que juega para medir una ventaja injusta, porque el rendimiento se mide de manera distinta en cada deporte”.

Así, el COI determinó que cada federación deportiva debe establecer sus propios criterios de elegibilidad para regular la participación en la categoría femenina y que estas normativas “deben estar apegadas a los derechos humanos, con pruebas científicas sólidas que contemplen los contextos y procuren el bienestar de los atletas”.

Hoy las federaciones de atletismo, ciclismo, natación y otros deportes acuáticos, ajedrez, remo, rugby, tiro, tiro con arco, tenis, triatlón y la federación estadounidense de box han generado sus propias políticas que prohíben o condicionan la participación de mujeres trans en las categorías femeninas de sus disciplinas. 

Los criterios van desde mantener un nivel determinado de testosterona en sangre, o que las atletas trans comiencen su tratamiento de afirmación de género antes de los 12 años, hasta obligarlas a pasar por procedimientos como una operación de reasignación de sexo. 

A nivel mundial las personas trans siguen teniendo obstáculos para acceder al derecho a la salud. Exigir procedimientos médicos como éstos son retos enormes porque los Estados siguen negando el derecho básico a la salud a las personas trans.

En París 2024 no compiten mujeres trans

En los Juegos Olímpicos de París 2024 no participan mujeres trans, una consecuencia directa de la nula participación de estas atletas tiene que ver con las regulaciones que explicamos antes. Algunas atletas trans que se vieron afectadas por éstas y quedaron fuera de estos Juegos Olímpicos son la ciclista de BMX, Chelsea Wolfe y la velocista francesa nacida en Senegal, Halba Diouf.

De acuerdo al sitio Outsports, en estos JJOO participan al menos 193 atletas abiertamente LGBT+. De ese total hay solo un hombre trans y dos personas no binaries. Se trata de Hergie Bacyadan, un hombre trans filipino que participó en boxeo y les atletas no binaries Quinn, mediocampista de la selección femenil de fútbol de Canadá y Nikki Hiltz, especialista en carreras de medio fondo en atletismo de Estados Unidos.

“Soy la primera persona abiertamente trans en competir en Juegos Olímpicos. No sé cómo sentirme. Me siento orgullose de ver ’Quinn’ en la alineación y en mi acreditación. Y triste al saber que hubo atletas antes que yo que no pudieron vivir su verdad por culpa del mundo”, compartió Quinn, pieza clave del medio campo de la selección femenil de fútbol de Canadá, y que en 2020 fue la primera persona trans no binarie en ganar una medalla olímpica.

¿Qué pasó con Imane Khelif?

Durante la jornada del 1 de agosto la boxeadora argelina Imane Khelif se enfrentó en su primer combate a la italiana, Angela Carini quien abandonó la competencia. Tras el hecho en redes sociales comenzó a difundirse información falsa sobre la identidad de género de Khelif señalando que es una mujer trans. Pero esto es falso, pues no hay evidencia que lo demuestre.

La desinformación aumentó la retórica transodiante y sexista sobre cómo debería verse una mujer y la negación a que las atletas trans participen del deporte de élite.

Esta desinformación también fue difundida por personas en puestos de poder como el presidente de Argentina, Javier Milei; Eugenia Roccella, ministra de Familia, Natalidad e Igualdad de Italia, Elon Musk, J.K. Rowling, entre otras.

Pero esta acusación no va dirigida solo a Khelif. Junto a ella la boxeadora taiwanesa Lin Yu Ting han estado bajo escrutinio mediático desde el año pasado cuando la Asociación Mundial de Boxeo Amateur (IBA) las descalificó luego de no aprobar normas de elegibilidad que esta instancia aplicó sobre ellas. Y que hasta el momento no ha revelado los resultados de las pruebas que aplicaron. Sin embargo, medios de comunicación han publicado, sin acotar a una fuente verificable, un supuesto dato de ADN para intentar sostener el dato falso de que se trata de mujeres trans. 

Es importante señalar que si tal dicho fuera verdad su propio país la perseguiría pues Argelia no reconoce la identidad de género. Al contrario, la homosexualidad es criminalizada y no hay garantías de derechos humanos para las poblaciones LGBT+.

Para los JJOO de París 2024 el ente regulador del box es el Comité Olímpico Internacional quien garantizó la participación de ambas boxeadoras.

“Todos los atletas que participan en el torneo de boxeo de los Juegos Olímpicos París 2024 cumplen con las normas de elegibilidad e ingreso a la competencia, así como con todas las regulaciones médicas aplicables establecidas por la Unidad de Boxeo París 2024”, informó el COI en un comunicado.

Desinformación que afecta a les atletas más allá de sus vidas deportivas.

En los últimos años se ha argumentado sin bases científicas concluyentes, que la participación de las mujeres trans en los deportes representan una supuesta “ventaja injusta” para las mujeres cisgénero.

Esta narrativa no sólo la han usado las federaciones deportivas, también los grupos antiderechos en puestos de toma de decisión. Y se están usando para legislar, vigilar y prohibir la participación de niñas y jóvenes trans que compiten a nivel escolar, sobre todo en Estados Unidos en donde al menos desde 2020 el partido republicano con apoyo de grupos antiderechos lanzaron propuesta de ley que están vulnerando los derechos humanos de las personas LGBT, sobre todo las personas trans. 

“El impacto real de estas prohibiciones lo sentirán les atletas jóvenes de todo el mundo que ahora no pueden perseguir sus sueños atléticos y que son bombardeados con mensajes de organizaciones deportivas y legisladores que les dicen que no pertenecen y que no merecen las mismas oportunidades que sus compañeres para experimentar la alegría, las conexiones y la camaradería que conlleva practicar deportes, comentó en un comunicado Chris Mosier, atleta y fundador de Trans Athlete, una plataforma que busca la inclusión de las personas trans en los deportes en Estados Unidos.

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