La participación de Palestina y atletas refuguiades en París 2024 entre crisis humanitarias y el proteccionismo al gobierno sionista de Israel

Tiempo fuera

Mientras el mundo estuvo expectante durante dos semanas de las hazañas deportivas en los Juegos Olímpicos de París 2024, el trasfondo de crisis humanitaria y genocidios en curso siguen siendo ignorados. 

El cruce entre el deporte con todo y las manifestaciones del espíritu olímpico entre atletas y los genocidios en curso, plantea serias preguntas sobre la capacidad que puede tener un encuentro como los Juegos Olímpicos y el deporte para ser un agente de cambio en un contexto global marcado por permanentes crisis de violaciones de derechos humanos derivadas de procesos coloniales, y cómo los derechos humanos se están materializando para unas personas y no para otras. 

La posdoctorante de la división de Historia del CIDE y especialista en Palestina, Nofret Hernandez comentó en entrevista que el sistema internacional de derechos humanos está en crisis y así lo explica:

“Estamos viendo que nuestro sistema Internacional de derechos humanos está entrando en crisis porque precisamente está quedando muy claro que mientras seas blanco, burgués, cristiano, entonces tu vida sí vale. Y si no estás dentro de ese grupo, tu vida no vale. Hay vidas que valen, muertes que se lloran, y vidas que no valen y muertes que no se lloran y se está evidenciando en Palestina por un racismo inherente y un supremacismo que vemos en Israel, del sionismo del gobierno actual que es un proyecto colonialista y nacionalista con componentes racistas”.

La preparación de París 2024 estuvo marcada por una serie de innovaciones en la infraestructura, así como “un compromiso renovado con la sostenibilidad y la inclusión”. Pero también implicó una “limpieza social” en donde personas migrantes, que viven en situación de calle, que ejercen el trabajo sexual o están en alguna situación de vulnerabilidad fueron desplazadas, y además los y las residentes sintieron los impactos de la turistificación y el alza en el precio del transporte y alquileres.

Aunado a ello, el contexto global en el que se desarrollan los JJOO está cargado de tensiones geopolíticas y crisis humanitarias que desafían la noción de que el deporte puede ser un “refugio” ante la realidad. O simplemente seguimos decidiendo mirar para otro lado. 

Este texto pretende ser un pedacito de memoria sobre lo que en medio de los Juegos Olímpicos de París 2024 sigue pasando en Palestina, República Democrática del Congo y Sudán. Además, de poner ojo a cómo atletas de Palestina y el equipo de refugiades buscan llevar un mensaje político más allá de lo deportivo.

Mientras celebramos hazañas olímpicas, el pueblo palestino sigue viviendo el asedio del estado sionista de Israel y en el mundo hay más de un genocidio en curso

A partir del 7 de octubre de 2023, la situación en Palestina se agravó dramáticamente con una intensificación de la violencia y las formas cómo se manifiesta el genocidio contra el pueblo palestino. 

Israel intensificó su bloqueo de 16 años sobre Gaza y cortó todos los suministros, incluidos alimentos, agua, electricidad, combustible y medicinas, lo que agravó la catástrofe humanitaria. Después del 7 de octubre, las autoridades israelíes aumentaron las restricciones a la libertad de circulación en la Cisjordania ocupada. Aplicaron leyes y políticas de segregación, privación y desplazamiento forzado que intensificaron el opresor sistema de apartheid impuesto contra la población palestina en Ios Territorios Palestinos Ocupados.

La ofensiva israelí en Gaza y las represalias en Cisjordania ocupada han resultado en una crisis humanitaria de magnitud sin precedentes. Hasta la fecha en la que este texto fue publicado, miles de personas palestinas están desaparecidas, casi 40 mil han sido asesinadas y casi el total de la población, al menos en la Franja de Gaza, han tenido que huir y están desplazadas; las condiciones en los campos de refugiados son críticas. 

No solo en Palestina se vive un genocodio. En otros territorios hoy día se viven procesos genocidas que toman formas diversas que derivan en crisis humanitarias y de graves violaciones a derechos humanos como la negación de servicios básicos, hambruna, crímenes de guerra (incluida la violencia sexual), limpieza étnica y religiosa.

Poco o nada nos enteramos pero actualmente en Sudán, desde que estalló la guerra entre las fuerzas armadas y las fuerzas paramilitares de apoyo rápido (RSF) en abril de 2023, hay una crisis de derechos humanos en donde la población está aislada de la asistencia humanitaria y sanitaria a raíz de la violencia y la inseguridad sostenida entre ambos grupos. 

La población más afectada y en riesgo de genocidio son comunidades no árabes. En Sudán “se está matando a la gente por el color de su piel y su etnia”, dijo Alice Nderitu, enviada de la ONU para la prevención del genocidio. Actualmente, hay  casi 10 millones de personas  víctimas de desplazamiento forzado interno. Y para septiembre de 2024, 2.5 millones de personas podrían morir por inanición.

En la República Democrática del Congo alrededor de 7.3 millones de personas se han visto obligadas a desplazarse en las 26 provincias del país debido al conflicto entre las fuerzas armadas y el grupo Movimiento 23 de marzo (M23) que opera hace más de una década como parte del legado del genocidio ruandés de 1994. La ayuda humanitaria es escasa y más de un millón de personas han solicitado refugio en países vecinos. 

“Estados Unidos, la ONU y muchos países occidentales han condenado sistemáticamente los ataques en el Congo, sin embargo, las meras condenas no son suficientes. Lo que necesitamos es acción, que incluya que Estados Unidos y el Reino Unido corten los lazos con Ruanda, para dejar de armar, entrenar y equipar a un país que está desestabilizando la RDC (República Democrática del Congo). Las armas que el gobierno ruandés está proporcionando a los grupos de milicianos provienen de la ayuda militar, Ruanda no las está fabricando. Detener este canal de apoyo tendrá un impacto”, dijo en este artículo el activista congoleño, Kambale Musavuli.

El doble estandard y los impactos directos del genocidio palestino a nivel deportivo

El Comité Olímpico Internacional aplica sanciones a Bielorrusia y Rusia por su invasión a Ucrania, la decisión determina que les atletas podrán competir como “neutrales” sin usar banderas, emblemas e himnos de ambos países. Sin embargo, a pesar de multiples protestas que se oponen a la participación de Israel en los JJOO por el genocidio al pueblo palestino, el COI no aplicó ninguna penalización.

Cerca de 300 clubes palestinos también exigen la exclusión de Israel de París 2024. La respuesta del COI sobre las sanciones a Rusia y no a Israel fue que “la situación (en Rusia) es única y no puede compararse con ninguna otra guerra o conflicto”.

En JJOO anteriores el Comité Olímpico Internacional no fue neutral: Sudáfrica fue excluida durante el apartheid; Yugoslavia en 1992, por acciones del régimen talibán; Afganistán fue sancionado en el año 2000, Irak en 2004 y ahora Rusia y Bielorrusia. 

El asedio de Israel también ha impactado en los atletas y la infraestructura deportiva en Gaza. De acuerdo a información del Comité Olímpico Palestino el estado sionista de Israel asesinó a 340 atletas y entrenadores de Palestina durante la ocupación genocida más reciente —que inició el 7 de octubre de 2023—. Además, ha afectado la infraestructura deportiva. Hasta el 26 de julio, quedaban en pie solo 4 de las 54 instalaciones deportivas en Gaza, y uno de diez estadios; los cuales están siendo utilizados como refugio para decenas de personas palestinas desplazadas.

“Esta hipocresía también se traslada al ámbito cultural, académico y deportivo porque a los que no sirven a mis intereses sí los sancionó pero a mis amigos les permito todo. Ese es el mensaje que están mandando y por mucho tiempo se pensó que Palestina es la excepción, más bien la excepción es el trato que se le da a Israel en el sistema internacional porque obviamente surgió en el Holocausto y no se debe repetir. Porque nunca más significa nunca más para nadie”, agrega Nofret Hernández. 

A París 2024 la delegación palestina está conformada por 8 atletas. Solo uno nació en Palestina, les demás son palestines de la diáspora nacides en Arabia Saudí, Dubai, Alemania, Chile y Estados Unidos.

Atletas israelíes con protección durante JJOO

Las y los ciudadanos israelíes están obligados a realizar el servicio militar excepto los judíos muy religiosos y quienes viven con una enfermedad que lo impida. A quien se opone a realizarlo se le detiene y debe cumplir en la cárcel lo mismo que dure el servicio militar: tres años para los hombres, dos para las mujeres. 

Sobre la estrecha relación entre los ciudadanos israelíes y el servicio militar, Nofret explica: “Tú debes pasar por el ejército en Israel para después tú ser lo que quieras: deportista, periodista, médico, ingeniero. Antes que pensar en ser cualquier cosa, en Israel tienes que pasar por el ejército”.

Y agrega, “lo que vemos hoy con los atletas es que siguen siendo parte del sistema sionista, no critican a su sistema, siguen mamando de él, algunos son militares y siguen trabajando en el ejército que está asesinado y violando los derechos humanos de los palestinos todos los días”. 

Un ejemplo de esto es la participación de Peter Paltchik, soldado activo de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), judoca y abanderado de la delegación israelí que hace unos meses compartió en sus redes sociales la foto de misiles con dibujos y mensajes escritos por él contra el pueblo palestino. En la publicación que hizo anotó ‘de mi parte, con placer’.

“La participación de estos atletas es una vergüenza, no nada más por la hipocresía del Comité Olímpico Internacional, sino también de la comunidad internacional que no ha logrado boicotear a Israel de estos espacios (los Juegos Olímpicos)”, finaliza Nofret.

Además del doble estándar que el COI, gobiernos e instituciones del mundo tienen por Israel, en París 2024 les atletas israelíes cuentan con protección a cargo de las unidades de élite de la policía y gendarmería francesas, tanto en el interior de la villa olímpica como en cada salida para las pruebas.

La crisis de refugiades: una realidad global urgente

En 2015 la crisis de personas desplazadas, en situación de asilo y refugio a nivel mundial se traducía a que diariamente 42 mil 500 personas huían de sus países de origen. Esta situación llevó a que en octubre de ese año el Comité Olímpico Internacional (COI) anunciara la creación del Equipo Olímpico de Atletas Refugiados con el objetivo de enviar “un mensaje de esperanza, inclusión y conciencia sobre la magnitud y las crisis que lleva a millones de personas a dejar su lugar de origen para salvar su vida”.

En Río 2016 el equipo fue integrado por diez atletas. En Tokio 2020 clasificaron 29 atletas. En París 2024 el equipo llega en medio de una crisis de refugiades exacerbada con 37 atletas de Afganistán, Siria, Sudán, República Democrática del Congo, Eritrea, Etiopía, Camerún, Cuba y Venezuela.La crisis de refugiades es uno de los problemas humanitarios más graves del siglo XXI. Según la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), hasta mediados de 2023 había más de 110 millones de personas desplazadas forzadamente en todo el mundo provocado por conflictos armados, persecuciones, desastres naturales y el cambio climático. También por territorios sometidos por procesos de apartheid, genocidio y bloqueo militar como el que vive el pueblo palestino desde hace más de setenta años.

Aproximadamente una cuarta parte de la población refugiada del mundo es refugiada de Palestina

Aproximadamente una cuarta parte de la población refugiada del mundo es refugiada de Palestina y llevan más de setenta años bajo ese estatus. Son la población refugiada más antigua del mundo. Este dato representa a les refugiades actuales y considera a los cientos de miles de habitantes de Palestina y sus descendientes que viven refugiades dentro de su propio territorio o en países vecinos como Siria, Líbano, Jordania y Cisjordania ocupada, donde la situación también es crítica. 

A partir del 7 de octubre de 2023, la crisis de refugiades de Palestina incrementó. De los más de 2 millones de habitantes de la franja de Gaza, casi 1.7 millones están bajo el estatus de refugiades y dependen totalmente de ayuda humanitaria, representa el 85% de la población. En Cisjordania ocupada, les refugiades de Palestina “sufren una continua violación de sus derechos, desplazamiento prolongado y repetido, expansión de asentamientos, demolición de sus hogares y otros bienes, y violencia, particularmente durante las operaciones militares israelíes en los campamentos de refugiados que se producen de media dos veces al día”, informa la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Próximo (UNWRA).

Atletas palestines y refugiades compiten con un mensaje más allá de lo deportivo

  • La boxeadora Cindy Ngamba hizo historia al ser la primera atleta que gana una medalla representando al Equipo Olímpico de Refugiados. Ganó el bronce en la categoría -75 kilos luego de vencer a la francesa Davina Michel. Cindy tenía 11 años cuando llegó al Reino Unido huyendo de su país, Camerún. Le concedieron el estatus de refugiada en 2021 porque podrían haberla encarcelado por ser lesbiana en Camerún. Cindy fue la abanderada del equipo de refugiados en París 2024. 

“Significa mucho para mí ser el primer refugiado que gana una medalla. Quiero decirles a todos los refugiados del mundo que sigan trabajando duro, que sigan creyendo en ustedes mismos”, dijo la medallista olímpica a periodistas de nbc.

  • Para la nadadora Valerie Tarazi, portar los colores palestinos en los Juegos Olímpicos de París, desde la bandera hasta la kufiya pintada en las uñas, es ante todo una “oportunidad” de encarnar la “esperanza” a través del deporte.
  • El nadador Yazan Al Bawwab dice que no espera ser reconocido por sus actuaciones en la piscina, más bien dice que la natación es “una herramienta para Palestina. Francia no reconoce a Palestina como país. Pero estaré ahí, levantando mi bandera. Ese es mi papel”.
  • En la inauguración de los JJOO el abanderado de la delegación palestina, el boxeador Waseem Abu Sal usó una camisa bordada en donde se muestra un misil israelí apuntando a infancias.

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